Shostakóvich contra Stalin, subtitulado ‘Cuarteto de guerra III’, narra en primera persona la vida del compositor Dmitri Dmítrievich Shostakóvich, centrándose en las alegrías y tribulaciones que le rodearon (guerra, amores, inseguridades, inquietudes, amistades, libertad, y sobre todo miedo), expresadas a través de su música. Condicionado por un régimen autoritario, su obra fue tan prohibida como alabada.
Esta ha sido la realidad de muchos artistas a lo largo del siglo XX, y es lo que ha querido reflejar su autor, Xavier Güell, también con otros personajes: Los cuartetos de guerra I, II y IV, dedicados a Béla Bartók, Richard Strauss y Arnold Schoenberg, respectivamente.
Volviendo al libro que nos ocupa, la estructura es variada: un preludio, tres actos, con sus respectivos capítulos cada uno, un interludio antes del último acto, coda, final, traducciones de textos en otros idiomas y confesiones al lector.
Tanto el preludio como el final se sitúan el 5 de julio de 1975, mientras componía su última pieza, la sonata para viola y piano. El resto de los capítulos narran, con tintes de ficción, sus días desde que asistía al Conservatorio de Petrogrado hasta la muerte de Stalin.
La otra figura que aparece en el título, Iósif Stalin, ocupa breves intervenciones en la historia. En busca de la exaltación de los valores rusos, así como establecer unas directrices para el arte, el dictador muestra un interés cambiante respecto al compositor: desde abandonar el teatro durante la representación de Lady Macbeth, a dirigirse a él como el Beethoven rojo. Sin embargo, la presión que ejerce sobre Shostakóvich influirá en el desarrollo de su vida.
En conclusión, Xavier Güell acerca la vida y obra de Shostakóvich, el contexto social, experiencias y debilidades, convirtiéndose en una persona cercana a través de esta novela.
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